Normalmente no me suele gustar que me hagan fotos, porque la realidad de un espejo, sumada a la del subconsciente te hacen incluso verte bonita.
Este fin de semana acudí a un evento, para el que me tuve que arreglar más de lo habitual, me compré un traje, me maquillé como hacía tiempo que no lo hacía, me puse mis tacones, mis joyas, me miré al espejo y hasta me sonreí pensando ¡¡¡¡¡que guapa estás hoy!!.
Todo el mundo me miraba y me decía que iba genial, que estaba preciosa, me alegraron el día, que unido a la fiesta, pues imagínate!!, lo pasé en grande.
Dos días más tarde vino mi caída en picado, las amigas sacaron fotos y entonces te encuentras con tu realidad...........
Que mentirosos son mis ojos y que grande mi hipocresía, al creerme bonita por un día. Que amable y en cierta manera mentirosa la gente al alagarme sin problemas y evitando la realidad.
El choque ha sido brutal, mi peso está descontrolado y en cierta manera yo también al dejarlo perderse, no puedo buscar excusas ni culpables, sería cobardía por mi parte.
Quiero creer que mi soledad es voluntária, que soy yo quién decide estar sola, y en gran parte es así, ya que si yo decidiera perder peso, todo resultaría más fácil.
Hoy me encuentro con ganas de volver a comenzar, de ponerle remedio, pero cuantas veces lo he intentado y fracasado, no sé si llegaré a conseguirlo, y lo peor de todo es saber que quitando ese inconveniente podría incluso convertirme en la protagonista de mi propia vida.
Es como vivir una película de terror, quieres correr y escapar, no mirar hacia atrás para no verle llegar, pero cuando quieres darte cuenta tus miedos te alcanzaron, acompañados de tu pasado y como no de tus fracasos.........
Conozco hombres para los que no es un inconveniente, y es para echarse a llorar cuando seguramente serán personas maravillosas que insisten en estar a mi lado y día a día sigo rechazándolos porque me veo insuficiente mujer para ninguno de ellos....
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